Critica Arsenia Mata
   

Por Arsenia Mata

TV Docta

La pasión de Carla Estrada por la telenovela se siente, casi se respira y la proyecta en cada uno de sus productos.

Su pasión como realizadora es invaluable y por algo es la dueña del horario estelar, por algo es la única a la que Televisa le da luz verde para producir una historia original, en este caso de María Zarattini (no como los refritos que hacen el resto de los productores).

El arranque de Pasión tuvo de todo: excelente manufactura en los decorados, el vestuario y hasta en el lenguaje que de repente nos hizo decir "¡épale!", al escuchar a Susana González: "no se le levantó", haciendo alusión al acto sexual no consumado entre ella y el personaje de Juan Ferrara, quien en esa escena muestra, a sus 60 y tantos, su cuerpo flácido, lo cual no sabemos si es digno de reconocérselo o para reclamarle a la productora. ¿Era necesario?

Es también el mismo Regidor (Ferrara) quien le dice a Camila (González): "el himen de una mujer no es tan importante", que son palabras mayores, pero bien aterrizadas y justificadas.

Carla casi nunca se equivoca, bueno... Tal vez erró un poco al depositar su confianza en la González, quien se nota que está muy bien dirigida por Karina Duprez, en las locaciones, y Mónica Miguel, en el foro, pero hace falta el llanto delicioso de Adela Noriega.

Es imposible ver un melodrama de Estrada sin la presencia de esta última. La culpa la tiene la realizadora por ponerla en Quinceañera, María Isabel, El Privilegio de Amar, El Manantial y Amor Real. Nos acostumbró a su presencia, pero es muy pronto para juzgar a su nueva heroína.

Ya la iremos viendo y diremos más adelante sobre el desarrollo de esta actriz, que es buena... pero también es fría a la hora de transmitir emociones.

Lo mejor es el regreso de Rocío Banquells, quien ya con las primeras escenas borró a Kika Edgar, Raymundo Capetillo, Mayte Embil, Sebastián Rulli y, por supuesto, a la misma protagonista.

La actriz demuestra de quién es hija y a quién le aprendió el oficio: al inolvidable Rafael "Gutierritos" Banquells y a Dina de Marco, sus padres y excelentes actores.

Fernando Colunga es el mismo galán de apuesta presencia, más maduro en su desarrollo actoral, pero instalado casi en el Manuel Fuentes de Amor Real, y en el Luis Manrique y Arellano de Alborada. Ojalá y veamos un cambio que nos haga ver a otro Fernando, sobre todo porque es de los actores que, al igual que Adela, sólo se dejan ver cada dos años en una telenovela y, con el respeto que se merecen, un actor se hace también a base del teatro, el cine o la conducción.

Con todo, Pasión será un éxito, aunque la que puede peligrar es la González, a la que en un abrir y cerrar de ojos "la invidente" Daniela Castro pueda robarle el estelar. ¿Usted qué opina?