Camila sigue encerrada en la sin
querer comer, muy deprimida pasa el tiempo soñando
con el tiempo que paso con Santiago, su noviazgo y
los planes que hacían para cuando se casaran.
Santiago, Vasco y Bernabé continúan
su camino buscando a Camila, paran en una posada y
mientras comen comentan las noticias que han ido
recolectando, una de ellas les parece la más
interesante, algunas personas vieron un carromato
y los tipos que iban acompañándolo parecían
filibusteros, Bernabé sugiere que los piratas
pudieron hacer una incursión tierra a dentro para
raptar mujeres y luego venderlas, Santiago está de
acuerdo con esa posibilidad, pero si Camila tuvo
la mala suerte de encontrárselos, esos tipos
necesitan llevar la mercancía hacia alguna
ensenada resguardada y fuera de la ley, debe haber
varias pero no todas tienen calado para un barco.
Vasco asegura que es como encontrar una aguja en
un pajar, no la van a encontrar, Santiago se
indigna con Vasco, es su hermana y no le importa
su suerte, Vasco lo niega, la quiere mucho pero no
ve posibilidad de encontrarla, Bernabé le da la
razón y Santiago muy enfadado les pide que
regresen al pueblo, seguirá solo. Vasco y Bernabé
se avergüenzan y se niegan a abandonar a Santiago,
por lo que deciden seguir adelante hasta que Dios
decida.
Ascanio recoge la bandeja de
Camila, esta como es habitual desde que está
encerrada no ha comido. El siervo va en busca de
Timoteo, que se encuentra en el salón con un
libro, y le cuenta que Camila lleva varios días
sin comer, Timoteo pregunta si bebe agua, Ascanio
contesta que eso si, a su señor le parece muy
bien, es una mujer testaruda pero con sentido de
supervivencia, ordena que la tienten con una buena
comida fruta, pollo y hasta pasteles.
Santiago, Vasco y Bernabé han
llegado a “La Iguana”, la bahía de los piratas,
desde donde salió el barco en el que iba Camila,
un buhonero llamado Matías divierte a la
concurrencia mientras les vende cosas. Vasco
observa que parecen maleantes, pero Santiago dice
que no están seguros igual es simplemente gente
pobre, deciden interrogar a un hombre que sale de
la cabaña más cercana, este es Juancho, el jefe de
la banda que secuestro a Camila, le preguntan si
llegan barcos y contesta que si, de los legales y
de los otros, Santiago quiere saber hacia dónde
van, y Juancho se encoge de hombros "donde la
gente pida" Santiago le pregunta por Camila, en
cuanto se la describen se da cuenta de quién es y
muy nervioso asegura no saber nada, acaba de
llegar al lugar, Bernabé comenta que no quiere
hablar, Vasco con un suspiro de decepción, dice
que ni él ni nadie, pero la bahía es buena para
que atraque un barco, es posible que de vez en
cuando lleguen piratas a hacer negocios, Santiago
decide hablar con el buhonero, viaja por todas
partes y puede saber cosas, si le dan dinero quizá
les diga algo. Los tres salen de la playa y
esperan al comerciante en el camino, le ofrecen
dinero por hablar y acepta encantado, les cuenta
que hay bandas que se internan tierra adentro para
hacerse de mujeres y chamacos para después
venderlos en el mercado de siervos en las
Antillas, es muy buen negocio, Santiago piensa que
tendrá que ser una isla que no sea de propiedad
española, eso eliminaría unas cuantas, pero Matías
lo desengaña, los españoles hacen la vista gorda y
sin algún moro se encapricha de una determinada
mujer puede acabar en Tánger o en Bagdad, en un
burdel o en el harén de algún jeque, saber a dónde
se han llevado a alguien es imposible. Santiago se
muestra desesperado, el buhonero se compadece de
él, pero no hay nada que se pueda hacer.
Ascanio entra en la bodega con la
comida de Camila, otra vez no la ha tocado y cada
vez se encuentra más débil, esta acostada al fondo
apoyada sobre la pared, Ascanio la increpa,
¿piensa morirse de hambre? Camila lo manda al
infierno, pero Ascanio con voz dura le dice que el
sufrimiento es duro y también las humillaciones,
pero sobre todo hay que aferrarse a la vida, y se
marcha cerrando la puerta, dejando a Camila de
nuevo en la obscuridad. Camila recuerda a Jimena,
cuando iban en el carro, y les dijo que no
importaban lo que les hicieran, las humillaciones
que pasaran o cuan bajo tuvieran que caer lo
importante era seguir vivos, Camila reacciona. se
levanta con dificultad y apoyándose en la pared
llega hasta la canasta ce comida y comienza a
comer un muslo de pollo.
Llega a la casa de Timoteo el
criado de Mercedes preguntando por Lisabetta, pues
hace una semana que no va a verla, Ascanio le
cuenta que tiene una fiebre cuartana muy fuerte en
cuanto se reponga reanudara las visitas a su tía.
Ascanio va en busca de don Timoteo, le cuenta que
Epifanio pregunto por su hija y le conto lo que el
señor había ordenado, Ascanio duda y por fin se
dirige a su señor, está preocupada por Camila, no
cree que ceda y va a acabar muriendo de hambre,
Timoteo se ríe, es de las tercas, y decide ir a
verla, sale de la sala seguido por Ascanio.
La puerta de la bodega se abre,
Timoteo sonríe satisfecho pues encuentra a Camila
comiendo, da orden de que la saquen, la bañen le
quiten las pulgas y los piojos y la vistan
decentemente, dos criadas entran para ayudar a
Camila a ponerse en pie, y se la llevan para
cumplir las órdenes que les han dado.
Epifanio informa a Mercedes de la
supuesta fiebre cuartana de Lisabetta, esta
comenta que quería ver a su sobrina para que le
contara de la sierva con quien Timoteo quería
casarse, imagina que no ha pasado nada pues
Francisca habría ido a informarla, de todas formas
decide escribir a Ricardo, porque si Timoteo se
casa, le puede dar por dejárselo todo a su mujer,
y entonces su hijo nunca recuperara lo que su tío
le robo.
Don Timoteo ha concebido un plan
para vencer la resistencia de Camila acude
acompañado de Ascanio a la tienda de un
comerciante turco y le pide un servicio que le
pagara generosamente, después, una vez en la casa,
hace venir a Camila y le explica que si no se
quiere casar con él, como sirvienta no se antoja
tenerla, así que ella decide o se casan o la
vende, Camila se decide por la venta, Timoteo le
cuenta que ya tiene comprador, Camila pregunta si
es de la Mariana, pero Timoteo, muy divertido, le
cuenta que es de Tánger, en África al otro lado
del mundo, después de cruzar el mar, pide a
Ascanio que haga pasar al turco, el hombre entra y
mira a Camila como si fuera una mercancía, comenta
que se ve demacrada, Timoteo alaba su belleza y
inteligencia estuvo enferma y por eso está un poco
desmejorada pero en cuanto coma bien vera que es
una mujer muy guapa, tiene carácter, Timoteo añade
con ironía que es muy inteligente, el comerciante
parece decidirse por la compra, el barco sale al
día siguiente, así que vendrá temprano para
llevarse y traerá el dinero. Camila se arrodilla
desesperada a los pies de Timoteo le toma de las
manos y dice que ella no quiere que nadie la
compre, que es una mujer libre, la robaron y por
eso está en esa situación. Timoteo le explica con
paciencia que eso es lo que todavía no ha
comprendido ni aceptado, ella no es una mujer
libre, es una sierva. Camila pide que la venda a
su familia, pero a Timoteo no le da la gana,
Camila grita desesperada, “no entiendo porque me
hace esto ¿Que mal le ha hecho yo?” Timoteo
responde que ninguno, le hizo una propuesta que
ninguna mujer con el mas mínimo sentido de
sensatez rechazaría, pero ella lo hizo, así que
ahora seguro que estará mejor en el burdel al que
la van a llevar, Camila lo mira aterrorizada, no
puede creer que la hayan vendido a un burdel,
Timoteo le devuelve la mirada sonriente, es un
burdel a diez mil millas de La Mariana y regresar
va a ser muy difícil. Timoteo da por terminada la
conversación se levanta del sillón y se vuelve
para marchase, pero Camila todavía de rodillas se
agarra a su brazo y suplica que no la venda, hará
lo que él quiera, Timoteo hace una mueca, ha
vencido la resistencia de la mujer, pero no sabe
si está contento con ello.
Algunos pirata pasean por la playa
de “Bahía de Cerdos” entre ellos están Foreman y
el Antillano. La flota salió de Maracaibo hace una
semana, hará escala en la Habana para después
continuar viaje. Los piratas tienen una flota de
veinticinco barcos, a Ricardo le parecen pocos,
Foreman asegura que el clima está cambiando, es
probable que tengan bancos de niebla, en esas
condiciones los barcos se dispersan, la flota que
van a atacar es reducida, los españoles lo
hicieron a propósito para que pensaran que no
llevaban mucho oro, pero Foreman sabe que
transportan un buen cargamento de oro, plata y
joyas. Ricardo insiste en el nuevo acuerdo, tendrá
un mayor porcentaje, Foreman asegura que él no
olvida nada, se acerca el segundo de Foreman para
comunicarle que ha llegado el mejicano de la
plata, Foreman se despide de Ricardo y se marcha a
entrevistarse con él. Mario se queda intrigado, no
puede entender que tiene que ver el ingles con un
mejicano. Ricardo dice que hablaron de plata,
seguramente robada, no es la primera vez que lo
hace, él fue durante mucho tiempo el secretario de
Foreman y además de la bitácora llevaba sus libros
de cuentas, compra la plata robada a mitad de
precio y luego la vende, a Mario le parece un buen
negocio le pregunta a su capitán porque no le
entran, pero el Antillano responde mientras se
aleja por la playa que no quiere agregar un delito
más a su lista, ya tiene bastantes.
Foreman va hacia otro lugar de la
playa donde hay preparadas unas mesas con viandas
debajo de un toldo, allí espera Alberto Lafont.
Foreman quiere saber si el negocio que viene a
proponerle es suyo o tiene más socios, Lafont
asegura que no tiene socios. El pirata pregunta de
que parte de México viene, Alberto responde que en
un pueblo llamado San Fernando, muy cerca de la
ruta de las caravanas que van a Veracruz. Foreman
está interesado, pero necesita saber de qué
cantidades hablan, Lafont le dice que entre
trescientos o cuatrocientos lingotes por partida,
Foreman asiente, es un buen negocio. Alberto
quiere saber cómo y dónde va a ser el intercambio,
como, donde y cuando va a pagar por la plata.
Foreman le indica que el transporte de la
mercancía va con cuenta de Lafont y él correrá el
riesgo, con la punta de la espada traza un plano
sobre la arena, hay una bahía donde puede entregar
la plata.
Francisca y Lisabetta están
comentando que Camila regreso a su cuarto, no
saben si Timoteo la perdono o la va a vender, en
ese momento Timoteo entra sin llamar en la
habitación y les dice irónico que para que no
gasten saliva en especulaciones les comunica que
se va a casar con la mujer. Lisabetta se muestra
dulce y comprensiva, le desea felicidad y que
engendre el hijo varón que tanto desea, Timoteo le
responde con un cínico gracias y sale de la
habitación mientras Lisabetta se deshace en llanto
y Francisca intenta consolarla.
Camila en su habitación desesperada
reza para que su familia haya recibido su carta y
estén en camino para buscarla, no quiere casarse
con don Timoteo, este entra en la habitación, le
dice que tomo la decisión más inteligente, se
casaran en tres semanas. Camila está inquieta por
lo que puedan pensar Francisca y Lisabetta, pero a
don Timoteo no le importa nada, no oculta que no
las quiere, Camila se desconcierta y quiere saber
el porqué, pero Timoteo le ordena bruscamente que
no haga preguntas, además le asegura que va a
estar constantemente vigilada, así que no se le
vaya a ocurrir volver a confabular con ellas.
Santiago, Vasco y Bernabé regresan
al pueblo después de su fallida búsqueda. Santiago
está muy deprimido, no quiere contestar a las
ansiosas pregunta de Ofelia y Inés, pide acostarse
porque está muy cansado, Ofelia acompaña a
Santiago y Vasco se queda hablando con Inés. Le
cuenta que fueron hasta una bahía al sur, porque
les contaron que habían visto una carreta con unos
filibusteros, pero no encontraron ninguna noticia
de Camila, él siempre pensó que el viaje era
inútil, acompaño a Santiago para que este se
quedara tranquilo, Inés le pregunta que siente él,
después de todo Camila era su hermana, Vasco
asegura que le duele en el alma, pero que no se
puede hacer nada más. Vasco se marcha seguido por
la mirada enamorada de Inés.
Santiago está en su cuarto con
Ofelia, se muestra desesperado, sienta que fallo a
Camila, debió defenderla con su vida. Ofelia
asegura que lo hizo, solo que Dios no quiso
llevarlo a su lado, él habría preferido eso, no
puede resignarse, Camila era su vida, Ofelia le
insta a la resignación, puede hacerlo, a ella le
sucedió lo mismo cuando murió su marido, pero al
final se resigno pensó que era la voluntad de Dios
y este por algo hace las cosas, pero Santiago no
se consuela, si estuviera muerta si tuvieran su
cuerpo acabaría resignándose, pero sin saber que
le ocurrió piensa en las cosas más horribles, que
está en algún lugar desesperada llamándolo,
esperando que vaya a buscarla. Ofelia le dice que
también puede pensar que esta en el cielo
esperándolo. Santiago rompe a llorar, su madre se
sienta en la cama a su lado, lo abraza y le pide
que llore, las lágrimas limpian el alma, Santiago
abrazado a su madre solloza sin consuelo.
Sofía va a visitar a Justo al
almacén, hablan sobre Ofelia, le han comentado que
su marido la acosaba antes de casarse. Justo
asegura que así era, Sofía sabe que Ofelia se caso
preñada, no será que don Jorge la convenció o
abuso de ella y Santiago es su hijo, Justo quiere
saber si eso le molestaría, Sofía se ríe, si le
molestaran todos los bastardos de su marido
viviría en un grito, no le importa en ese sentido,
solo que si Santiago es hijo de Jorge es el único
varón del que se tiene noticia y por lo tanto
seria el heredero del señorío. Justo dice que la
verdad solo la saben Ofelia y su marido, Sofía
pensativa se retira. Justo entra en el almacén,
Rita le interroga pero él no contesta, llega un
criado de doña Ofelia con el encargo de
comunicarles que Vasco y Santiago regresaron con
bien. Rita quiere saber si encontraron noticias de
su hermana, ante la respuesta negativa el rostro
de Justo se llena de tristeza, mientras en Rita se
percibe alivio.
En “Bahía de Cerdos” los piratas
preparan el ataque, se acerca una tormenta que
separara los barcos de la flota, el Antillano dice
que si quieren tomar ventaja tendrán que partir al
amanecer, Foreman considera muy acertado el
consejo del Antillano, como siempre, si le gustara
esa vida podría disputarle el mando. Ricardo
asegura que lo único que le interesa es juntar
dinero para poder largarse, Foreman responde que
entonces al día siguiente tendrán que pelear como
demonios.
Lisabetta y Francisca están
sentadas en la fuente del patio cuando llega el
notario para celebrar el contrato matrimonial
entre don Timoteo y Camila. En la sala los dos
están sentados, el notario hace entrega del
documento donde se asienta que a la muerte de
Timoteo ella será libre, Camila lo lee con
entusiasmo, el notario discretamente le comunica a
Timoteo que tiene listo el otro escrito, este hace
un gesto de asentimiento.
En el patio Lisabetta llora
desesperada, si su padre hace contrato matrimonial
es que se lo va a dejar todo a ella. Francisca
intenta tranquilizarla, algo le va a dejar,
después de todo es su única hija, Lisabetta tiene
miedo que la preñe, Francisca dice que eso solo
sucedería con la ayuda de Ascanio, Lisabetta,
asombrada, pregunta si lo cree capaz, Francisca no
puede contestar porque en ese momento se acerca
Timoteo mientras irónico les dice que la cieguita
como siempre llorando y su cancerbero
consolándola. Están llorando porque creen que van
a perder su fortuna, para que vean que no las
olvida les hace entrega de un documento, le dice a
Francisca que lo lea y después se lo devuelva.
Francisca lee un documento en el
que se asienta que Lisabetta es la única heredera
de su fortuna, en el caso que Camila le dé un hijo
varón este recibirá siete partes de la herencia y
Lisabetta tres, Francisca considera que eso es muy
bueno para ellas, tres partes es mucho, Lisabetta
señala rabiosa que no deja nada para Ricardo.
Francisca ya está cansada de la obsesión de su
sobrina por su primo, Lisabetta le recuerda que la
mayor parte de la fortuna de Timoteo era de
Ricardo, Francisca sabe porque Lisabetta quiere
darle dinero a su primo, porque piensa que en
agradecimiento se va a casar con ella, pero eso no
va a suceder nunca. Lisabetta se levanta
orgullosa, y dice “¿porque? ¿Porque soy ciega?
Ricardo me quiere, y el que sea ciega nunca ha
tenido importancia para él, ciega y todo voy a ser
su esposa te lo aseguro”, Francisca desiste de
hablar con una pared y va a devolverle es escrito
a Timoteo que en cuanto se queda solo lo hace
pedazos.
En la “Bahía de Cerdos” los barcos
piratas siguen anclados y la tormenta está en su
apogeo. Ricardo en el camarote de “la Salamandra”
prepara el ataque, acompañado de Mario y Lázaro,
le ordena a Lázaro que se ponga al mando de “la
Camila”, al día siguiente la tormenta se habrá
calmado y se harán a la mar, no quiere errores,
debe revisarse cada cañón, cada culebrina, que
haya mucha arena sobre la cubierta y que cuatro
compañeros estén pendientes de la santa barbará
con baldes de agua, Mario le dice a Lázaro en tono
de advertencia, que es una oportunidad la que se
le está dando, así que mejor no haga burradas,
Lázaro se muestra ofendido, lo hará bien, Lázaro
sale del camarote y se quedan solo Ricardo y
Mario, Ricardo se encomienda a Dios ojala los
ayude.
En San Fernando Santiago sale de la
iglesia y ve a Rita a lo lejos que va hacia la
herrería la alcanza, ella le invita a comer a su
casa con su familia van a matar un borrego,
Santiago acepta y ve alejarse a Rita parece que
está considerando lo que todos le dicen, quizá sea
una buena esposa.
Los piratas se han hecho a la mar y
buscan los galeones españoles que la tormenta ha
separado. Ricardo en el puesto del vigía otea el
horizonte, de pronto divisa dos barcos, grita a
los piratas y cambian el rumbo hacia los galeones,
estos no los divisan hasta que los piratas están
prácticamente encima de ellos, ante el grito del
vigía de barco a la vista, la tripulación de los
barcos se apresta al combate. Recado en cubierta
dirige las maniobras de su barco, se sube a la
proa mientras la salamandra persigue a los
galeones.
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