Francisca expone su plan para que Camila se fugue,
le dará ropa de mozo y plata suficiente para que
compre un pasaje para su tierra, pero antes debe
jurarle que si la descubren no dirá que ella tuvo
algo que ver en su huida, hace que se ponga de
rodillas y que jure por lo mas santo, Camila lo
hace sin vacilar.
En el camino a San Fernando Alberto Lafont y la
banda que ha formado con la ayuda de Don Jorge
asaltan la primera caravana de plata, matan a
todos los soldados y a los conductores de las
carretas, no dejan ningún testigo que puedan
delatarles.
En la casa de Don Timoteo, ya todo está preparado
para la fuga de Camila. Lisabetta está preocupada,
espera que su padre no se dé cuenta, Francisca
también, porque no le gustaría enfrentar a su
hermano pero considera a Camila un peligro y es
necesario correr el riesgo. Lisabetta pregunta
porque el odio de su padre hacia su hermano Pedro,
Francisca no quiere contestar, asegura que fueron
cosas de jóvenes, y además, Pedro no era el buen
caballero que todos creían, con la disculpa de ir
a buscar un remedio para la panza, sale de la
habitación para no tener que dar más
explicaciones.
En alta mar Ricardo afila su espada en su camarote
mientras conversa con Mario. Este es de la opinión
de que debe pedir a su padrino que le consiga una
patente de corso, Ricardo exclama sorprendido
"española" Mario contesta "Claro España se ha dado
cuenta que vale más un barco pirata que diez de su
armada". Ricardo sigue afilando su espada mientras
reflexiona no cree que sea tan fácil, además las
autoridades saben que desde hace años trabaja para
Inglaterra. Mario le dice que saben que un tal
Antillano trabaja para un ingles, pero muy pocos
conocen su verdadero nombre, Ricardo responde
"cierto pero como me encuentre a uno de esos pocos
estoy frito". Mario piensa que si ha servido a la
corona española a lo mejor le perdonan y entonces
puede llevar a su madre al continente, casarse y
tener hijos, Mario en broma finge luchar con el
cuchillo con Ricardo, mientras este pierde la
mirada pensativo.
Lázaro entra en el camarote de Ricardo a traer la
comida, su presencia le recuerda a Ricardo a los
dos hermanos que ordeno comprar y liberar, comenta
con Mario que ya deben estar en su pueblo, espera
que les haya ido bien. Mario pregunta por el
comprador de la amiga de Camila, Lázaro no sabe,
solo vio que un criado negro la llevaba hacia un
carruaje, Mario asegura que de todos modos eso es
fácil de averiguar, basta con preguntar a Bermejo.
Lázaro los mira aterrorizado, mas cuando Mario se
ofrece a ir a la Mariana para investigar también
quien compro a Camila. Lázaro intenta que Ricardo
no considere la idea y dice "no creo que al
Capitán le interese una hembra por la que pasaron
a saber cuántos" Ricardo da un golpe en la mesa
disgustado, y Mario se pone en pie agarra a Lázaro
por la ropa lo atrae hacia él amenazador y le dice
"nadie ha pedido tu opinión" Lázaro retrocede
asustado pide perdón y sale del camarote.
Don Jorge pasea inquieto por el salón de su
palacio. Es el primer asalto y está preocupado,
llega Alberto Lafont y le tranquiliza, todo salió
perfectamente nadie los vio, el cargamento está a
salvo en los sótanos del palacio, soltaron a las
mulas pues van marcadas y no pueden correr el
riesgo de que alguien los reconozca, los dos ríen
satisfechos. Jorge sirve dos copas de licor para
celebrar mientras hablan de la forma de deshacerse
de la plata. Alberto explica que ya tiene
comprador, tendrá que hacer un viaje bastante
largo para reunirse con él, se trata del corsario
ingles Foreman. Jorge tiene miedo que los
traicione, pero Lafont le tranquiliza, no ganaría
nada haciéndolo, lo que él quiere es la plata, a
Jorge le convence el plan felicita a Alberto y los
dos brindan por es éxito.
Jorge y Alberto pasean por el pueblo poniendo a
punto el plan para vender la plata. Alberto deberá
reunirse con Foreman en alguna isla de las
Antillas. En el paseo se encuentran con Vasco y
Santiago, que muy repuesto, ya camina con muletas.
Don Jorge lo saluda afable, mientras se interesa
por su salud, Santiago rabioso escupe a su paso,
Alberto se le quiere ir encima, pero Jorge le
detiene, él comprende que el muchacho esta sentido
por lo sucedido, ya se le pasara, pregunta si se
ha vuelto a saber de Camila, Alberto responde que
no, y Jorge expresa su lastima por el suceso.
Alberto sorprendido le dice que la última vez que
hablaron de ella se alegraba de su desaparición,
Jorge se encoge de hombros "era una moza
interesante"
"La Salamandra" esta en alta mar, es de noche y
Ricardo en cubierta recuerda a Camila, piensa en
el momento en que él se acerco a pedir perdón por
las sogas y intento poner su pañuelo entre las
cuerdas y la piel para que estas no la lastimaran
y Camila se lo arranco con los dientes y lo tiro
al suelo, en ese momento Ricardo se agacho a
recogerlo sin dejar de mirar a Camila a los ojos y
le dijo "tiene razón soy un ser despreciable"
Ricardo no puede quitarse de la cabeza a Camila.
Santiago, Vasco y el amigo de este, Bernabé, se
sientan en una mesa de la taberna del pueblo,
ambos reprochan a Santiago haber escupido al señor
del lugar, este pudo sacar su espada y atravesarle
por la ofensa sin que la ley lo tocara. Santiago
reacciona con rabia, hay que ser rico y poderoso
para que se apliquen las leyes, ¿donde están las
leyes de Dios?, "las escrituras dicen que es mas
fácil que un camello pase por el ojo de una aguja
que un rico entre en el reino de los cielos", sus
amigos le contestan que eso está muy bien, pero
que la realidad es bien distinta.
Santiago llega a su casa caminando con dificultad
con las muletas y va directo a su habitación.
Ofelia lo observa entrar preocupada pero lo deja
seguir su camino, sigue trabajando junto a Inés en
un encargo de costura que deben entregar al día
siguiente. Santiago en su cuarto se arrodilla a
los pies de la cama y pide a Dios que le mande la
resignación, no entiende porque le dejo vivo para
sufrir esa tortura, le pide que le conceda la
calma, el sosiego, la paz o lo lleve con él,
porque ya no puede más.
En La Mariana, Camila espera en su habitación,
vestida de mozo dispuesta a escapar de la casa de
Don Timoteo, se ha vestido de mozo, oculta su
cabello con un pañuelo y un sombrero, lleva una
bolsa con unas pocas pertenencias. Francisca llama
a su puerta para decirle que el camino está
despejado y ambas corren, deprisa, asustadas, por
el patio hacia la parte trasera de la casa.
Ascanio las ve pasar oculto detrás de una columna
y entra en una habitación, que sale a otro
pequeño patio con una verja desde donde se puede
ver la parte trasera de la casa, desde allí
observa, en esa parte de la casa está la salida de
desperdicios. Francisca se la enseña a Camila que
expresa su repulsión, ella le responde "¿te da
más asco que acostarte con mi hermano?" y le insta
a que se apure. Camila no lo duda, lanza por el
agujero su equipaje y detrás se desliza ella, sale
de la casa y corre entre los desperdicios, hasta
que llega a campo abierto, se detiene en una
fuente a lavarse, ante la indignación de las
aldeanas, pues es una fuente de agua limpia, para
beber.
Camila llega hasta el puerto y se dirige a un
barco que parte para Veracruz, el pasaje le
costara cien reales, pero cuando saben que no
tiene documentos el precio aumenta. Camila le da
todo el dinero que tiene al encargado de los
pasajes, se ofrece a trabajar en el barco si no es
suficiente, por fin le dan el pasaje, el barco
sale ese mismo día. Camila sonríe satisfecha, y se
dirige hacia la iglesia, allí se arrodilla al
delante del altar y le pide a la virgen que la
proteja y le ayude a llegar a San Fernando, tiene
miedo, debe viajar sola muy lejos y disfrazada de
hombre, pide que nadie se dé cuenta y que cuando
llegue a su tierra se encuentre a Santiago bien y
que no la vaya a despreciar por todo lo que le ha
pasado. Camila se derrumba llorando al pie del
altar.
Ascanio no ha denunciado a Camila, pero Timoteo se
ha dado cuenta de su ausencia y le ha pedido que
la busque, así que no tiene más remedio que
decirle que no está por ningún lado. Timoteo monta
en cólera y se dirige directamente a la habitación
donde están su hija y su hermana, murmurando que
esas dos arpías han tenido que ayudarla a escapar.
Lisabetta está muy asustada, piensa que si su
padre se entera que fueron ellas les va a ir muy
mal, Francisca trata de calmarla, Timoteo no tiene
forma de saberlo. En ese momento su hermano
irrumpe en la habitación tirando todo lo que está
sobre las mesas enfurecido, preguntando dónde
está. Francisca finge sorpresa y pregunta ¿donde
está quien?, Timoteo grita que Camila no está en
toda la casa, ellas aseguran no saber nada, pero
Timoteo enfurecido se les va encima golpeándolas
mientras asegura que no es verdad. Lisabetta cae
al suelo, mientras su padre continua gritando que
ellas la echaron de la casa o la ayudaron a huir,
las instiga a que confiese mientras sigue
desahogando su furia tirando al suelo todo lo que
se pone en su camino.
Las dos mujeres están en el suelo aterrorizadas y
siguen asegurando que no saben nada, pero Timoteo
no las cree y golpea a Lisabetta con el bastón,
Francisca le reprocha haber hecho daño a su hija,
este enfurecido dice que la puede matar si quiere
y también la toma a bastonazos con su hermana,
ella cede y confiesa que la ayudo a escapar esa
misma mañana. Timoteo imagina que irá a buscar un
barco para regresar a su tierra, quiere saber cómo
iba vestida, Lisabetta aterrorizada, le cuenta que
llevaba ropa de mozo, Francisca dice que ella le
dio el dinero para el pasaje, jura que Lisabetta
no tuvo nada que ver, pero Timoteo no la cree y
enfurecido las echa de la casa, no les permite
llevarse nada, solo lo que tienen puesto y les
advierte que si en media hora no han salido
ordenara que las expulsen. Se da media vuelta y se
marcha dejando a las mujeres llorando en el suelo
aterrorizadas, sale al patio y reprocha a Ascanio
que no vigilara, este asegura que lo hizo pero que
no se dio cuenta de nada, Timoteo lo manda
acompañado de otro criado a avisar a las
autoridades, Camila es una esclava fugitiva.
Ascanio va al puerto y se dirige al barco que
parte con destino a Veracruz y denuncia a los
soldados la fuga de Camila, les da la descripción,
los soldados salen del barco a buscarla, el otro
criado pregunta si ellos no la buscan pero Ascanio
no está por la labor, los soldados son los que la
tienen que buscar, es su trabajo.
Francisca y Lisabetta, seguidas de una criada con
una maleta se dirigen hacia la puerta de la casa,
pero Lisabetta se niega a marcharse, no tienen
dónde ir, Francisca sugiere que se vayan a vivir
con Mercedes, pero su sobrina no quiere, prefiere
pedirle clemencia a su padre, Francisca cede, deja
a Lisabetta sentada en la fuente del patio y entra
en la casa.
Timoteo está en la sala ensartando el cuadro de
su hermano, cuando ve entrar a su hermana,
despreciativo, le dice que si viene a despedirse
es mejor que se ahorre las palabras. Francisca muy
decidida se enfrenta a su hermano, no le parece
justo que las eche por alguien que es menos que
una criada, para Timoteo el problema no es Camila,
sino que ellas intrigaran a sus espaldas en contra
de quien les ha dado casa y sustento, la
indignación le provoca un ataque de tos, su
hermana se apresura a servir un vaso de agua que
Timoteo desprecia. Francisca le explica que Camila
no quería casarse con él, que rogo y suplico para
poder marcharse, a Timoteo todo esto no le
convence, los ruegos de las mujeres no se toman en
cuenta, además no están por encima de lo que él
ordena.
Francisca acepta su culpa, pero le dice que es una
locura casarse con esa mujer, no entiende para
que, Timoteo, hace un gesto despectivo, nunca le
ha pedido su opinión. Francisca se yergue y muy
digna responde que hace años si la pidió, cuando
tramaron juntos la traición a Ricardo para
quitarle la fortuna de su padre. Timoteo asegura
que sabía que tarde o temprano le iba a salir con
eso, pero la idea se les ocurrió a los dos, no a
él solo, va hacia Francisca la toma violentamente
del brazo y la arrastra hacia el retrato de su
hermano, mientras le dice que su rabia hacia su
ilustre y bondadoso hermano Pedro siempre fue tan
grande como la suya, por culpa de su avaricia
jamás se caso. Francisca se muestra de acuerdo,
pero le recuerda que gracias a su ayuda, se libro
de Ricardo y se quedo con todo lo suyo. Timoteo
arroja a su hermana violentamente al suelo,
mientras le dice que ella también salió
beneficiada, desde entonces vive en su casa,
Francisca exclama "de arrimando", Timoteo
considera que nada le falta, pero ella no está de
acuerdo, solo le ha dado poca comida y buena ropa
porque le conviene aparentar. Timoteo con
desprecio dice que es más de lo que se merece.
Francisca desesperada se arrodilla a los pies de
su hermano y le toma la mano, acepta todas las
culpas, y pide clemencia, no las va a echar como
hizo su hermano Pedro. Timoteo la mira con rencor
y dice que nunca debieron traicionarle, Francisca
considera inhumano que las eche ¿de qué van a
vivir? además Lisabetta es su única hija. Timoteo
se aleja con rabia mientras con tono amargado dice
"hembra y ciega" quiere tener otro varón.
Francisca todavía hincada de rodillas en el suelo,
le pregunta si pensaba que Camila se lo iba a dar,
hace mucho que dejo de ser hombre, su hermano se
inclina y la zarandea por los hombros mientras
rabioso le dice que ella nunca ha sido mujer,
Timoteo le pregunta a que vino a amenazarle con
contar lo que hicieron, ella le contesta que jamás
enlodaría el nombre de su familia pero le pide por
clemencia, que las deje quedarse, Timoteo se calma
y cede, por ahora se pueden quedar. Francisca sale
al patio a buscar a su sobrina y le da la noticia
las dos se abrazan, mientras lloran aliviadas.
Llega la hora de la salida del barco, Camila ha
esperado sentada en un rincón en el suelo de la
iglesia, se levanta y acude al muelle, consigue
embarcar sin que la detengan, pero Ascanio se
acerca velozmente hacia el barco por el muelle.
Camila entra en su camarote, que compartirá con
varios hombres, ocupa su litera, los dos hombres
que están en el camarote la interrogan y ella se
ve obligada a contestar, cuando comienza a
relajarse y entra en conversación aparece don
Timoteo diciendo "Camila, Camila, creíste que
podías escapar" los dos hombres se asombran de que
sea una mujer, don Timoteo se ofrece a que lo
comprueben ante el horror de los pasajeros, que se
niegan, después llama al capitán y la obliga a
desembarcar, ella se resiste asegura que la
robaron de su tierra, el capitán dice que lo
arregle con las autoridades, le pide que no se
resista, porque no desea hacerle daño.
En la plaza de San Fernando, Sofía, Ofelia, Justo,
y otros habitantes acomodados de la localidad
reparten comida entre los más necesitados. Sofía
ve acercarse a unas niñas y las reconoce como
hijas de su marido, y lo comenta con Ofelia que
le dice que la chiquita que viene detrás también
es hija de Jorge, Sofía se pregunta cuantos
bastardos tendrá, Ofelia no lo sabe exactamente,
diez, quince. Sofía quiere saber si hay algún
varón entre ellos, ella responde que si lo hay, no
se sabe, Sofía se interesa sobre un chisme que
escucho recién llegada al pueblo, algo sobre su
marido y Ofelia, esta contesta nerviosa que no hay
ningún chisme sobre don Jorge y ella, Sofía sabe
que se caso preñada, Ofelia indignada asegura que
era de su esposo, Sofía le comenta, que si por
casualidad su marido se aprovecho de ella antes de
su casorio, Santiago podría ser su único hijo
varón. Ofelia se vuelve muy digna y responde que
Santiago es hijo de su difunto marido, Sofía se
calla, pero no está muy convencida.
En la Mariana sacan a Camila a la fuerza del barco
mientras se resiste y se la llevan a casa, de
Timoteo la encierra en la bodega a oscuras y le
dice que hay se va a quedar una semana, un año, un
mes hasta que recapacite y le pida perdón. Camila
grita rabiosa que ni en un año, ni en mil Timoteo
indiferente asegura que entonces va a ordenar su
ataúd, Camila le desafía a que lo haga. Timoteo se
encoje de hombros indiferente, siempre dijo que
las mujeres son los seres mas estúpidos del
universo y ordena cerrar la puerta, dejando a
Camila a oscuras, llorando desesperada, ya no
puede más.
Francisca le dice a Lisabetta, que la encontró y
la trajo de vuelta está encerrada en la bodega a
pan y agua, Lisabetta tiene miedo que vuelva su
rabia contra ellas, es muy vengativo, su tía la
abraza y asegura que ella la defenderá con su vida
si es preciso, Lisabetta llora desesperada, su tía
muerta no le serviría de nada.
En casa de Justo, Santiago pide permiso para
llevarse a Vasco a buscar a Camila, Bernabé se
ofrece a ir también, a Rita no le parece y hace
todo lo posible por quitarles la idea de la
cabeza, su hermana está muerta, sino ya habrían
tenido noticias, además Santiago casi no se puede
mover, se pone tan desagradable que su padre la
corta y le dice que no se meta, desea suerte a
Santiago, ojala consiga noticias de Camila.
Al día siguiente salen en una carreta, Santiago va
en la parte de atrás, mientras Vasco conduce y
Bernabé va a caballo.
Francisca y Lisabetta, quieren salir de la casa y
se enteran que don Timoteo ha dado orden de que no
salgan. Francisca va a buscarlo, no entiende
porque las quiere tener prisioneras, solo iban a
la iglesia, su hermano cínico, les dice que pueden
rezar en casa, ¿no dicen que Dios está en todas
partes? Francisca le menciona, que también iban a
visitar a Mercedes. Timoteo se ríe, ya sabia él
que irian corriendo a llevarle el chisme, se harta
de discutir con ella y la persigue con la espada
que por la habitación, le da un ataque de tos y se
tiene que parar, su hermana aprovecha para
escapar. Timoteo se apoya contra un aparador
mientras murmura con rencor que no quiere nada de
ella ni de la ciega, no quiere nada de nadie,
después de un instante dice el nombre de Camila
varias veces con voz anhelante.
Ricardo esta en alta mar con su barco, y en su
camarote intenta pasar el tiempo escribiendo la
historia de la piratería, de pronto arroja la
pluma y se levanta de la mesa inquieto, se pasea
por el camarote mientras murmura "porque no puedo
quitarme a esa mujer de la cabeza" da un golpe a
un objeto y dice en voz alta "ya lo sé, porque me
siento culpable"
Ascanio abre la puerta de la bodega donde está
encerrada Camila y le lleva el pan y agua que son
su comida, ella se ha ni se mueve, para intentar
aguanta se ha refugiado en sus sueños, en los
recuerdos felices de noviazgo con Santiago. |